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domingo, 9 de junio de 2013

Comentario crítico sobre un artículo de periódico

A continuación añado a esta entrada un comentario crítico que he hecho en el tercer trimestre para la asignatura de HAPS como mini-trabajo voluntario. En los comentarios que hiciéramos -máximo uno por trimestre- Ricardo nos pedía lo siguiente:

Comentario crítico de, al menos, ¾ de folio que recoja siguientes aspectos:

-          Ficha técnica del artículo: publicación, día, sección, autor (si lo especifica)
-          Idea, tesis o información principal del artículo
-          Ideas, tesis, o informaciones secundarias
-          Relación crítica con los contenidos del módulo
-          Valoración personal de la tesis, idea o información principal que recoge el artículo
  
Los bebés distinguen el bien del mal incluso con seis meses 

ABC.es | MADRID
Actualizado Miércoles, 12-05-10 a las 19 : 18

Cuando nuestro hijo de pocos meses nos observa, ¿sabe cuándo hemos hecho una mala acción? ¿Es capaz de pillarnos en falta? La creencia popular atribuye a los bebés una inocencia casi angelical, incapaz de juzgar el comportamiento ajeno, pero una nueva investigación contradice esta opinión. Investigadores norteamericanos han descubierto que criaturas de tan sólo seis meses ya son capaces de hacer juicios morales. Además, creen que los seres humanos nacemos con un código ético «formateado» en el cerebro. Si esto es así, quizás en alguna ocasión hemos quedado como unas malas personas ante los ojos de un mocoso que apenas sabe balbucear, pero que es un juez implacable.
La investigación, llevada a cabo por el equipo de Paul Bloom, psicólogo en el Infant Cognition Center de la Universidad de Yale en Connecticut (EE.UU.), un centro que estudia la evolución, las habilidades y el aprendizaje de los más pequeños, utilizó la capacidad para diferenciar entre comportamiento útil e inútil como indicador del juicio moral. Los resultados contradicen las teorías de Sigmund Freud y otros investigadores, que pensaban que los seres humanos llegan a la vida como si fueran un lienzo en blanco, como «animales amorales».
En un primer experimento, se les mostró en repetidas ocasiones a bebés de entre seis y diez meses un sencillo espectáculo de marionetas de madera. Una bola roja intenta subir una colina y es ayudada a veces por un triángulo amarillo, que la empuja por detrás. Otras veces, la bola roja se ve obligada a bajar la colina por culpa de un molesto cuadrado azul que le causa problemas. Después de ver los títeres, a los bebés se les pedía elegir un personaje. Una mayoría abrumadora, el 80%, eligió la figura útil. «Escogieron al buen tipo», afirma Bloom.
Osos molestos y conejitos ladrones: En otro experimento, a los bebés se les enseñó una marioneta con forma de perro de juguete. El perro intenta abrir una caja. Un oso de peluche amigable le echa un cable, pero otro oso se sienta encima para impedirlo. Después de ver la escena por lo menos una media docena de veces, a los niños se les dio la oportunidad de elegir a uno de los dos ositos. La mayoría prefirió quedarse con el peluche colaborador.
Por último, un tercer experimento de marionetas: un gato juega a la pelota en compañía de dos conejos. Cuando la pierde, uno de los conejos recupera la pelota y se la devuelve, pero el otro la roba y se escapa con ella. En este caso, los niños de cinco meses escogieron al conejo útil. Los de 21 meses fueron más allá e incluso dieron un manotazo en la cabeza al conejo ladrón.
Los autores del estudio creen que los padres se preocupan mucho por enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal, pero «quizás sea algo con lo que los bebés ya vengan al mundo». Por si acaso, procure ser un ciudadano ejemplar delante de su hijo. Nunca estará de más.

FICHA TÉCNICA

Nombre del artículo: Los bebés distinguen el bien del mal incluso con seis meses.

Fecha: Miércoles, 12 de mayo de 2010.

Sección: ciencia-tecnología-biología ABC.

Autor: no señalado.

IDEA PRINCIPAL DEL ARTÍCULO

Cabe la posibilidad de que los bebés, desde recién nacidos, posean juicio moral. Es decir, que diferencien entre lo que está bien y lo que está mal.
            Si esto es cierto, los bebés que eligen el bien -que al artículo considera como    elección de comportamientos útiles- nacerían con un sentido de la libertad,   dignidad e igualdad, entendiendo el bien como esto último.
           
IDEAS SECUNDARIAS

-         Por esta regla de tres, ¿qué pasa con los bebés que no eligen los comportamientos considerados útiles?
Ø Podría ser que nazcan con juicio moral y que tiendan a elegir lo que se considera que está mal; o que no nazcan con juicio moral; o que en el tiempo que llevan viviendo han aprendido a elegir “comportamientos inútiles”.
Ø Esto me conduce a la idea de que los que eligen el bien también lo pueden haber aprendido en los meses vividos.

RELACIÓN CRÍTICA CON LOS CONTENIDOS DEL MÓDULO

A largo del curso hemos aprendido la diferencia entre lo innato (innatismo) y lo adquirido, lo aprendido (ambientalismo); Partiendo de distintas teorías explicadas desde diferentes ciencias.

Empezamos por trabajar con teorías sobre la sociabilidad. Algunos autores desde la psicología defienden que la sociabilidad es innata. Por ejemplo, la corriente de lingüística generativa defiende la idea de que si el lenguaje es innato como afirma Chomsky, entonces las conductas sociales también pueden serlo.

Algunos autores como Piaget y Freud defienden teorías innatas en lo relacionado con la inteligencia (Piaget) y el placer (Freud). Sin embargo, según ellos, el desarrollo social surge como consecuencia de la inteligencia y el placer. Por lo que lo califican como conducta aprendida.

De manera que se puede observar una tendencia a diferenciar lo innato de lo aprendido, y no sólo en lo relacionado con el juicio moral, que es el tema del artículo. Sino también con las conductas sociales, el lenguaje, incluso el aprendizaje.

Doctrinas que no admiten tendencias sociales innatas son el conductismo, el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante (pertenecientes al paradigma asociacionista); el paradigma cognitivista y el paradigma interaccionista.

Desde la filosofía, según Hobbes, además de otros,  el ser humano es un ser antisocial: “el hombre es un lobo para el hombre”. Esto vendría a decir que el ser humano supone un peligro para los de su especie. Sin embargo, según Rousseau, es lo contrario: “el hombre es bueno por naturaleza”

Aparentemente la idea de Rousseau es contraria a los estadios del desarrollo moral, distribuidos en tres niveles, propuestos por Kholberg. Ya que Kholberg dice, que en el estadio uno, al que califica de premoral, el niño o la niña diferencian lo que está bien de lo que está mal en función de las respuestas de los agentes externos. Es decir, por evitación a ser castigado, por interés propio, por un intercambio de favores…

Igualmente, la teoría de Hobbes podría considerarse contraria a la del artículo. En el que según investigaciones, la mayoría de bebés eligen acciones útiles, consideradas como buenas. Y no como sugiere Hobbes, acciones que perjudican a los demás.

VALORACIÓN PERSONAL

Considerando que el artículo no especifica con cuántos/as niños/as se realiza la investigación, ni si son escogidos al azar, parto de una información poco concreta y general.

En base a las ideas anteriores, si realmente nacemos con un sentido ético de la justicia, considerándola como respeto a la igualdad, dignidad y libertad, los comportamientos a los que se denominan disruptivos serían aprendizajes posteriores.

Si las personas nacen con una tendencia a hacer el bien, todo lo que daña intencionalmente a uno mismo o a otras personas serían conductas aprendidas.

Partiendo de esto, se podrían utilizar técnicas de modificación de conducta, más concretamente refuerzos positivos, para potenciar las conductas prosociales. En lugar de castigar o reprimir las que se consideran desfavorables.

Sin embargo, como en todo experimento -o casi todo- también aparece lo que contradice la norma. Y me vuelvo a preguntar si es que los bebés que la contradicen en estas investigaciones no nacen con sentido ético de la justicia; o su sentido ético es otro; o quizá, ya hayan aprendido a elegir en base a su experiencia de vida. Y sin han aprendido a elegir, es posible, que los que eligen lo considerado como comportamientos buenos, también.

Por lo que creo que hay que partir de una visión ecléctica. Es decir, es posible que se nazca con un sentido ético de la justicia, pero entonces también podrían existir otras posibilidades. Como que hubiera quien nazca con un sentido ético contrario a lo que se considera justo; o que, desde el momento del embarazo los/as niños/as sean como esponjas y aprendan a partir de todos los estímulos que reciben, interactuando unos estímulos con otros y con los esquemas cognitivos del niño/a.

También podrían tener lugar solo algunas de estas posibilidades que he mencionado o, lo que me más me convence, todas juntas interrelacionadas y/u otras distintas.

A partir de aquí, y en relación con nuestro trabajo, se podría trabajar desde la prevención y no tanto en intervención. Previniendo que aparezcan conductas disruptivas y aprovechando el juicio moral que no sabemos si los bebes y niños/as tienen. O partiendo del por qué de sus elecciones y actuando en consecuencia.

De todas formas, es posible que no tenga que ver el juicio moral innato con las acciones posteriores que se realicen. Pues se puede diferenciar entre el bien y el mal teniendo un sentido ético innato y no actuar en consecuencia. Actuando desde el subconsciente o desde unos esquemas cognitivos, que los/as bebés pienso que también poseen.

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