A continuación añado a esta entrada un comentario crítico que he hecho en el tercer trimestre para la asignatura de HAPS como mini-trabajo voluntario. En los comentarios que hiciéramos -máximo uno por trimestre- Ricardo nos pedía lo siguiente:
Comentario
crítico de, al menos, ¾ de folio que recoja siguientes aspectos:
-
Ficha técnica del
artículo: publicación, día, sección, autor (si lo especifica)
-
Idea, tesis o
información principal del artículo
-
Ideas, tesis, o
informaciones secundarias
-
Relación crítica
con los contenidos del módulo
-
Valoración personal
de la tesis, idea o información principal que recoge el artículo
Los bebés distinguen el bien del mal incluso con
seis meses
ABC.es | MADRID
Actualizado Miércoles, 12-05-10 a las 19 : 18
Cuando nuestro hijo de pocos meses nos observa,
¿sabe cuándo hemos hecho una mala acción? ¿Es capaz de pillarnos en falta? La
creencia popular atribuye a los bebés una inocencia casi angelical, incapaz de
juzgar el comportamiento ajeno, pero una nueva investigación contradice esta
opinión. Investigadores norteamericanos han descubierto que criaturas de tan
sólo seis meses ya son capaces de hacer juicios morales. Además, creen que
los seres humanos nacemos con un código ético «formateado» en el cerebro.
Si esto es así, quizás en alguna ocasión hemos quedado como unas malas personas
ante los ojos de un mocoso que apenas sabe balbucear, pero que es un juez
implacable.
La investigación, llevada a cabo por el equipo de
Paul Bloom, psicólogo en el Infant Cognition
Center de la
Universidad de Yale en Connecticut (EE.UU.), un centro que estudia la
evolución, las habilidades y el aprendizaje de los más pequeños, utilizó la
capacidad para diferenciar entre comportamiento útil e inútil como indicador
del juicio moral. Los resultados contradicen las teorías de Sigmund Freud y
otros investigadores, que pensaban que los seres humanos llegan a la vida como
si fueran un lienzo en blanco, como «animales amorales».
En un primer experimento, se les mostró en
repetidas ocasiones a bebés de entre seis y diez meses un sencillo espectáculo
de marionetas de madera. Una bola roja intenta subir una colina y es ayudada a
veces por un triángulo amarillo, que la empuja por detrás. Otras veces, la bola
roja se ve obligada a bajar la colina por culpa de un molesto cuadrado azul que
le causa problemas. Después de ver los títeres, a los bebés se les pedía elegir
un personaje. Una mayoría abrumadora, el 80%, eligió la figura útil.
«Escogieron al buen tipo», afirma Bloom.
Osos molestos y conejitos ladrones: En otro experimento, a los
bebés se les enseñó una marioneta con forma de perro de juguete. El perro
intenta abrir una caja. Un oso de peluche amigable le echa un cable, pero otro
oso se sienta encima para impedirlo. Después de ver la escena por lo menos una
media docena de veces, a los niños se les dio la oportunidad de elegir a uno de
los dos ositos. La mayoría prefirió quedarse con el peluche colaborador.
Por último, un tercer experimento de marionetas:
un gato juega a la pelota en compañía de dos conejos. Cuando la pierde, uno de
los conejos recupera la pelota y se la devuelve, pero el otro la roba y se
escapa con ella. En este caso, los niños de cinco meses escogieron al conejo
útil. Los de 21 meses fueron más allá e incluso dieron un manotazo en la
cabeza al conejo ladrón.
Los autores del estudio creen que los padres se
preocupan mucho por enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal,
pero «quizás sea algo con lo que los bebés ya vengan al mundo». Por si acaso,
procure ser un ciudadano ejemplar delante de su hijo. Nunca estará de más.
FICHA
TÉCNICA
Nombre del artículo: Los bebés distinguen el bien del
mal incluso con seis meses.
Fecha: Miércoles, 12 de mayo de 2010.
Sección: ciencia-tecnología-biología ABC.
Autor: no señalado.
IDEA
PRINCIPAL DEL ARTÍCULO
Cabe la posibilidad de que los bebés,
desde recién nacidos, posean juicio moral. Es decir, que diferencien entre lo
que está bien y lo que está mal.
Si
esto es cierto, los bebés que eligen el bien -que al artículo considera como elección de comportamientos útiles- nacerían
con un sentido de la libertad, dignidad
e igualdad, entendiendo el bien como esto último.
IDEAS
SECUNDARIAS
-
Por
esta regla de tres, ¿qué pasa con los bebés que no eligen los comportamientos
considerados útiles?
Ø Podría ser que nazcan con juicio
moral y que tiendan a elegir lo que se considera que está mal; o que no nazcan
con juicio moral; o que en el tiempo que llevan viviendo han aprendido a elegir
“comportamientos inútiles”.
Ø Esto me conduce a la idea de que los
que eligen el bien también lo pueden haber aprendido en los meses vividos.
RELACIÓN CRÍTICA CON LOS CONTENIDOS
DEL MÓDULO
A largo del curso hemos aprendido la
diferencia entre lo innato (innatismo) y lo adquirido, lo aprendido
(ambientalismo); Partiendo de distintas teorías explicadas desde diferentes
ciencias.
Empezamos por trabajar con teorías
sobre la sociabilidad. Algunos autores desde la psicología defienden que la
sociabilidad es innata. Por ejemplo, la corriente de lingüística generativa
defiende la idea de que si el lenguaje es innato como afirma Chomsky, entonces
las conductas sociales también pueden serlo.
Algunos autores como Piaget y Freud
defienden teorías innatas en lo relacionado con la inteligencia (Piaget) y el
placer (Freud). Sin embargo, según ellos, el desarrollo social surge como
consecuencia de la inteligencia y el placer. Por lo que lo califican como
conducta aprendida.
De manera que se puede observar una
tendencia a diferenciar lo innato de lo aprendido, y no sólo en lo relacionado
con el juicio moral, que es el tema del artículo. Sino también con las
conductas sociales, el lenguaje, incluso el aprendizaje.
Doctrinas que no admiten tendencias
sociales innatas son el conductismo, el condicionamiento clásico, el
condicionamiento operante (pertenecientes al paradigma asociacionista); el paradigma
cognitivista y el paradigma interaccionista.
Desde la filosofía, según Hobbes,
además de otros, el ser humano es un ser
antisocial: “el hombre es un lobo para el hombre”. Esto vendría a decir que el
ser humano supone un peligro para los de su especie. Sin embargo, según
Rousseau, es lo contrario: “el hombre es bueno por naturaleza”
Aparentemente la idea de Rousseau es
contraria a los estadios del desarrollo moral, distribuidos en tres niveles,
propuestos por Kholberg. Ya que Kholberg dice, que en el estadio uno, al que
califica de premoral, el niño o la niña diferencian lo que está bien de lo que
está mal en función de las respuestas de los agentes externos. Es decir, por
evitación a ser castigado, por interés propio, por un intercambio de favores…
Igualmente, la teoría de Hobbes
podría considerarse contraria a la del artículo. En el que según
investigaciones, la mayoría de bebés eligen acciones útiles, consideradas como
buenas. Y no como sugiere Hobbes, acciones que perjudican a los demás.
VALORACIÓN
PERSONAL
Considerando que el artículo no especifica
con cuántos/as niños/as se realiza la investigación, ni si son escogidos al
azar, parto de una información poco concreta y general.
En base a las ideas anteriores, si
realmente nacemos con un sentido ético de la justicia, considerándola como respeto
a la igualdad, dignidad y libertad, los comportamientos a los que se denominan
disruptivos serían aprendizajes posteriores.
Si las personas nacen con una
tendencia a hacer el bien, todo lo que daña intencionalmente a uno mismo o a
otras personas serían conductas aprendidas.
Partiendo de esto, se podrían
utilizar técnicas de modificación de conducta, más concretamente refuerzos
positivos, para potenciar las conductas prosociales. En lugar de castigar o
reprimir las que se consideran desfavorables.
Sin embargo, como en todo experimento
-o casi todo- también aparece lo que contradice la norma. Y me vuelvo a
preguntar si es que los bebés que la contradicen en estas investigaciones no
nacen con sentido ético de la justicia; o su sentido ético es otro; o quizá, ya
hayan aprendido a elegir en base a su experiencia de vida. Y sin han aprendido
a elegir, es posible, que los que eligen lo considerado como comportamientos buenos,
también.
Por lo que creo que hay que partir de
una visión ecléctica. Es decir, es posible que se nazca con un sentido ético de
la justicia, pero entonces también podrían existir otras posibilidades. Como
que hubiera quien nazca con un sentido ético contrario a lo que se considera
justo; o que, desde el momento del embarazo los/as niños/as sean como esponjas
y aprendan a partir de todos los estímulos que reciben, interactuando unos
estímulos con otros y con los esquemas cognitivos del niño/a.
También podrían tener lugar solo algunas
de estas posibilidades que he mencionado o, lo que me más me convence, todas
juntas interrelacionadas y/u otras distintas.
A partir de aquí, y en relación con
nuestro trabajo, se podría trabajar desde la prevención y no tanto en
intervención. Previniendo que aparezcan conductas disruptivas y aprovechando el
juicio moral que no sabemos si los bebes y niños/as tienen. O partiendo del por
qué de sus elecciones y actuando en consecuencia.
De todas formas, es posible que no tenga
que ver el juicio moral innato con las acciones posteriores que se realicen.
Pues se puede diferenciar entre el bien y el mal teniendo un sentido ético
innato y no actuar en consecuencia. Actuando desde el subconsciente o desde
unos esquemas cognitivos, que los/as bebés pienso que también poseen.